domingo, 8 de marzo de 2015

Mi primo el autónomo y el Registro civil

Mi primo, autónomo, siempre nos está contando los problemas y vicisitudes de su negocio. Es raro el día en el que no tiene algún problema en la captación de clientes, en su fidelización, en su pelea con la competencia por prestar el mejor servicio a un precio más bajo. Mi primo, y no es porque sea familia, es muy bueno en los suyo, está muy preparado y se ha esforzado mucho por formarse y por tener actualizado su negocio pero, aún así vive con la zozobra de lo que le deparará el futuro. 

Hoy, en una de esas sobremesas de domingo con la familia y amigos que tanto me gustan (si soy así de raro), se interesó por el tema del Registro civil. Había leído el diario El País y venía sorprendido y algo mosqueado. El sabe que estuve destinado en un Registro civil y conoce a algunos de mis compañeros que lo están en estos momentos y que llevan allí casi desde que entraron en la "casa".  En la última comida familiar habíamos hablado sobre la naturaleza de los Registradores, del lobby que tienen montado en torno al poder y se había quedado con la mosca detrás de la oreja cuando quedó demostrado que de funcionarios públicos tenían sólo el nombre. 

Joder, con los monopolios -dijo aquél día-. Al final la economía de mercado perfecta es la del monopolio perfecto y con la garantía del Estado. Estos Registradores por lo visto son funcionarios para unas cosas, pero a la hora de cobrar... eso es otra historia. 

Decía que mi primo vino hoy, sorprendido y algo mosqueado tras leer el artículo del País donde se confirmaba la teoría que le había expuesto desde el principio y que está en este blog: El Registro civil con Registradores de la Propiedad y Mercantiles será de pago y con contraprestación o no será. El Gobierno miente cuando dice que el Registro civil seguirá siendo gratuito.  Venía sorprendido de la fuerza del lobby registral y de que impusiera sus condiciones a todo un gobierno. Especialmente le llamó la atención esa exigencia de una fuente de financiación estable que los Registradores no han dejado de plantear al Gobierno y que parece haberse abierto camino en el Ministerio de Justicia.

- Mañana voy al banco - dijo con sorna mi primo- y le digo al Director,  que como voy a expandir mi negocio necesito  una fuente estable de financiación, a ver que me dice. Seguro que se parte de la risa. O mejor aún, le voy a remitir una solicitud al Ministerio de turno para que me lo garantice. 

Tras la lectura del diario El País, si a alguien le queda alguna duda de lo que hay detrás de esta privatización, es para hacérselo mirar. Ahora sabemos que el Gobierno prepara una financiación encubierta del Registro civil a costa de los ciudadanos. Un servicio público convertido en negocio al servicio del proyecto del Gobierno de apuntalar definitivamente al decimonónico sistema registral español que será el único en toda Europa financiado por el sistema de arancel y, por ello, puesto en tela de juicio en la UE. 

Y para ello, por ley se van a incrementar el número de clientes,  el número de asuntos que deberán inscribirse en un Registro civil (poderes, residencia etc..) ; se van a aumentar el número de trámites que precisarán pasar por un Registro de la propiedad (entre ellos los relacionados con la legalización de libros de empresas lo que a mi primo dicho sea de paso le ha encantado...), se va a incrementar el precio del arancel (hasta un 6000% en algunos casos)  y se va a establecer a el cobro de la mayor parte de trámites del Registro civil que hoy son gratuitos (expedientes, anotaciones voluntarias como la vecindad e incluso se ha hablado de cobrar por el libro de familia). Y por si hubiera algún hueco que rellenar, habrá partidas presupuestarias para evitar quebrantos de caja como ya se está haciendo con la digitalización de expedientes de nacionalidad. 

Así, si.- concluyó mi primo antes de volver a casa para ponerse a terminar el plan de visitas a clientes del mes-. Así se puede llevar un negocio. Adios a las horas de insomnio y a llegar tarde a casa porque estoy preparando un nuevo plan de negocio para incrementar clientes. El Estado me los pone en la puerta. Y si quiero expandirme, no problem, el Estado obliga a los ciudadanos a venir más veces a contratarme, a que paguen más dinero por mis servicios o a que me contraten para realizar más trámites o resolver más asuntos. Un monopolio en toda regla con la garantía del Estado.  ¿Qué más se puede pedir?.






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